ACTO I
Escena 1
ELIZABETH.-
Cantando flores negras (EXTASIADA)
ESCENA 2
ELIZABETH.-
(Recibiendo flores del poco público)
ESCENA 3
LLEGANDO A CASA
ELIZABETH.-
Hola mamá ya llegué ¿Sabes tenía la esperanza que en este concierto me apoyaras, que estuvieras ahí abrazándome?
MAMÁ.-
Por favor ELIZA, no empieces de ridícula mijita, tuve que hacer la limpieza y hoy es mi único día libre para ver a ALFREDO
ELIZABETH.-
Para ese viejo asqueroso si tienes tiempo
MAMÁ.-
Cállate, te da envidia
ELIZABETH.-
Ay mamá ¿Cómo puedes pensar que te tengo envidia? Ubícate a tus años estar saliendo con un viejo
MAMÁ.-
Eres una irrespetuosa el me ha ayudado a seguir adelante con mi vida, tú te la pasas en la escuela, necesito alguien que me quiera, además yo tan chula y sin alguien que me alabe, cuando voy caminando por el tianguis nadie cree que ya soy madre.
ELIZABETH.-
Sí MAMÁ como digas pero él no es como tú piensas, mira me ve, no sé de forma muy extraña
MAMÁ.-
El es un hombre con principios, lo que pasa es que como a ti no te voltea a ver nadie piensas que todo es lujuria
ELIZABETH.-
¿Cómo puedes decir eso? Tócate el corazón, no pareces mi madre, que madre dice eso de su hija
MAMÁ.-
Eliza te he dicho millones de veces que no me compares con esas madres anticuadas, solo te digo la verdad mija, pues mira no te arreglas y pues como te pareces a tu padre nunca has sido muy agraciada, cantaras muy bonito pero pues eso no les importa a los hombres. Además ALFREDO te voltea a ver como un padre ve a su hija, no te espantes, mira tranquilízate, luego conseguirás a alguien que te quiera como él a mí y te dejaras de azotar tanto.
ELIZABETH.-
MAMÁ, no quiero un novio, es lo último que me importa estás loca, eres una insensible
MAMÁ.-
Eliza ya madura mija, no hagas berrinche
ELIZABETH-
No mamá, tienes razón voy a estudiar.(limpiándose las lagrimas)
Escena 4
En la habitación de ELIZABETH. Ella se acaba de salir de bañar está cantando.
ALFREDO.-
Hola preciosa, que bien te ves hoy, cantas rete guau ¿quién te enseñó eh?
ELIZABETH.-
¿Por qué entra sin tocar la puerta?
ALFREDO.-
No sabía que tenía que hacerlo, deberías de tratarme mejor, no sabes lo que podrías conseguir de mí, ese muchacho que te viene a dejar, que te podría ofrecer
ELIZABETH.-
Yo no quiero nada de usted y deje de espiarme, salgase.
ALFREDO.-
Solo te venia decir que de mi puedes conseguir lo que desees, incluso el dinero para tu escuelita, sabes que a que costo claro.
ELIZABETH.-
Que está sordo, que no entiende que no quiero nada de usted.
ESCENA 5
MAMÁ.-
ELIZA, ¡ELIZA!
ELIZABETH.-
¿Qué quieres mamá?
MAMÁ.-
Pues quería compensarte por cómo me porte, el otro día
ELIZABETH.-
¿De verdad MAMÁ? Hablarás con ALFREDO para que deje de molestarme
MAMÁ.-
Ay sigues con eso, no mijita te hice una cita en la estética (tocándole el cabello) para que te arreglen tu pelito, ya lo tienes bien feo, quien sabe cómo, ¡ah! si ya sé como tu papá, a él tampoco se le acomodaba
ELIZABETH.-
Cuando vas a respetar la memoria de mi padre
MAMÁ.-
Ya no escucha mija, ya hasta los gusanos hicieron digestión con el.
ELIZABETH.-
No que tú crees mucho en los santos y dios, no crees que está con ellos
MAMÁ.-
No andes hablando mal de mi San Juditas, el no se lleva al cielo esa cochinada
ELIZABETH.-
Es mi papá respétalo
MAMÁ.-
Ya ni esta aquí, pero si tienes razón no me vaya a venir a jalar las patas con lo desgraciado que era. Ay no ya vas a empezar de chillona otra vez. Mira mejor límpiate esas lagrimas que mas feíta te ves, y te llevo con DEYANIRA
ELIZABETH.-
¿Con quién?
MAMÁ.-
Con DEYANIRA que podía hacer algo por ti, aunque lo dudo mucho
ELIZABETH.-
Ese joto de la estética se llama DIEGO, y gracias por tu oferta no necesito ayuda
ELIZABETH SALE DE ESCENA
MAMÁ.-
Ay virgencita de Guadalupe, ayúdame con esta niña, por lo menos que cuando vayamos juntas a algo ella este dos metros atrás de mí, no quiero que me avergüence con esos pelos, y yo su madre tan sofisticada. Bueno me voy con DEYANIRA a que me haga manikiur, que se quede esa ingrata.
ESCENA 6
EN CASA. Madre está picando verdura. Eliza está de pie frente al refrigerador limpiándolo
ALFREDO.-
Aquí tienes preciosa, lo prometido (metiéndole dinero en su bolsa trasera)
MAMÁ.-
De cuando acá te llevas tan bien con ALFREDO
ELIZABETH.-
Pues al fin me di cuenta de su mirada de padre que había puesto en mí. ¿No me dirás que estas celosa mamá, de está tu hija tan poco agraciada, y de este pelito sin remedio?
MAMÁ.-
(Avienta el cuchillo iracunda)
FIN
